En la última semana ha aparecido en diferentes medios la historia de un hombre de 61 años de Estados Unidos, llamado Mike Hughes, que ha construido su propio cohete espacial, con el que pretendía volar sobre el desierto de Mojave, para fotografiarlo y demostrar que la Tierra es tan plana como aparece en los mapas. Esto iba a suceder el pasado sábado, pero finalmente, tuvo que cancelarlo por orden judicial y tendrá que postergarlo por un tiempo. Asegura que ya ha encontrado otra zona cercana a unos 5 kilómetros de donde quería hacerlo y que pronto tendremos noticias.

Esta historia no es para nada única. Existe una Sociedad de la Tierra Plana cuyos miembros tienen total certeza sobre esta idea y se mantienen en sus trece de que existe una conspiración por parte del gobierno para hacernos creer lo contrario. Eso sí, sus argumentos no son muy fiables. De hecho, aseguran que han llegado a esa conclusión tras meses de observación, experimentación y de debate sobre lo visto (que es como decir nada). Para uno de los miembros de esta sociedad, Pete Svarrior, “a pesar de que no he estado en el límite de la Tierra. Lo que llamamos borde de la Tierra es una pared enorme de hielo y lo que hay detrás es algo que aún no se ha llegado a explorar” (todo muy Juego de Tronos). Ante estas ideas locas que se oyen en medios, el CEO de Tesla, Elon Musk se ha preguntado, por qué al igual que existen grupos que aseguran que la Tierra es plana, por qué no hay una Sociedad que plantee esa misma tesitura sobre Marte.

A pesar de que la pregunta tenía pinta de ser retórica, muchos se han lanzado a responder, entre ellos, el representante de la Sociedad de los «tierraplanistas» ha contestado de una forma sencilla, sin dar ningún margen a la duda: “Hola Elon, gracias por la pregunta. Al contrario que la Tierra, se ha observado que Marte es redondo. ¡Esperamos que tengas un día fantástico!”

Resulta chocante e irónico, pero es así. Quienes promulgan que la Tierra es plana, creen que el planeta rojo es redondo. No es comprensible por qué sí consideran las observaciones realizadas por la NASA sobre Marte como una fuente fiable, mientras que esas mismas imágenes sobre su propio planeta no son reales para ellos, más bien toda una conspiración muy bien montada.

Veremos cómo acaba todo, pero ya avisamos, los «tierraplanistas» tienen pinta de ser muy tozudos y no necesitan de muchas pruebas para creerse su propia verdad.

Alberto Pascual García