Es uno de los mitos más persistentes: el Yeti o Abominable hombre de las nieves, es una misteriosa criatura parecida a un mono que se dice habita las altas montañas de Asia, ocupa un lugar destacado en la mitología de Nepal y el Tíbet y durante siglos diferentes personas han señalado “haberlo visto”, obtenido huesos, fotografiado huellas y hasta recolectado materia fecal.
Ahora, un nuevo estudio de ADN de las supuestas muestras de Yeti, obtenidas de museos y colecciones privadas están proporcionando una idea de los orígenes de esta leyenda del Himalaya. La investigación, que se publicará en Proceedings of the Royal Society B, analizó nueve especímenes del supuesto «Yeti», incluidas muestras de huesos, dientes, piel, pelo y heces. De esos, uno resultó ser de un perro. Los otros ocho eran de osos negros asiáticos, osos pardos del Himalaya u osos pardos tibetanos.

«Nuestros hallazgos – explica en un comunicado la líder del estudio Charlotte Lindqvist –, sugieren que los fundamentos biológicos de la leyenda del Yeti se pueden encontrar en los osos locales, y nuestro estudio demuestra que la genética debería ser capaz de desentrañar otros misterios similares. Este estudio representa el análisis más riguroso hasta la fecha de muestras que se sospecha derivan de criaturas anómalas o míticas como las de los homínidos”.

El equipo liderado por Lindqvist secuenció el ADN mitocondrial de 23 osos asiáticos (incluido el supuesto Yeti) y comparó estos datos genéticos con los de otros osos en todo el mundo. Los rsultados mostraron que, si bien los osos pardos tibetanos comparten un ancestro común cercano con sus parientes norteamericanos y eurasiáticos, los osos pardos del Himalaya pertenecen a un linaje evolutivo distinto que divergió desde el principio de todos los demás osos pardos.
«Los osos en esta región son vulnerables o están en peligro crítico desde una perspectiva de conservación – concluye Lindqvist –, pero no se sabe mucho sobre su historia pasada. Los osos pardos del Himalaya, por ejemplo, están en gran peligro. La clarificación de la estructura de la población y la diversidad genética pueden ayudar a estimar el tamaños de las poblaciones y elaborar estrategias para su conservación”.

Juan Scaliter