Las amistades más cercanas no son las únicas importantes en nuestra vida, también lo son aquellas relaciones secundarias: los amigos de nuestros amigos. Eso es lo que señala un nuevo estudio llevado a cabo por un grupo de expertos de a Universidad de Oxford, liderados por Josh Firth. Los resultados, publicados en Proceedings of the Royal Society B, muestran cómo los patrones sociales complejos observados en todo el reino animal pueden ser más simples de lo que parecen.

Estas relaciones, entre amigos de amigos,se conocen como conexiones sociales indirectas y muestran dónde se encuentra cada individuo dentro de la red social general.
Este tipo de vínculos parecen ser importantes en el mundo animal, como en la supervivencia de los delfines en sus primeros años de vida o el éxito reproductivo de aves, monos y simios.Para llegar a esta conclusión se utilizaron simulaciones por ordenador de redes sociales en las que se analizaban variantes como la frecuencia con la que interactuaban los miembros de un grupo. Los resultados mostraron que pequeñas diferencias creaban sociedades complejas y determinaban el número y tipo de amigos de amigos de las personas.

“El estudio – concluye Firth en un comunicado – demuestra que las conexiones sociales indirectas están relacionadas con la genética, los rasgos y con diferentes aspectos de la vida de los sujetos, por lo que fue interesante ver cómo tales hallazgos realmente pueden surgir dentro de sistemas sociales muy simples en que no están en juego estrategias complejas. A menudo me preguntan cómo la propia genética de un animal podría determinar las conexiones sociales. Esta investigación proporciona una explicación intuitiva para esto: . Si las conexiones de amigos de un amigo en realidad se basan en un comportamiento demasiado sencillo, que no tiene una raíz social, entonces este comportamiento puede estar gobernado por su genética. Así, las fuerzas evolutivas podrían influir en las redes sociales complejas de una manera bastante directa”.

Juan Scaliter