Las velocidades lentas de conexión y la «hora pico” (los momentos en los que gran parte del público está conectado) inciden notablemente en la velocidad de conexión, disminuyéndola hasta en un 30%. Pero eso podría quedar en el pasado. Igual que los bajos promedios de velocidad actuales, según afirma un reciente estudio realizado por el University College de Londres.
Actualmente, de acuerdo con el Informe sobre el Estado de Internet del primer trimestre de 2017, la velocidad media se sitúa en torno a los 28,6 Mbps , aunque es cierto que disminuye un 1,7% con respecto al año anterior.
Aquí es importante hacer una aclaración, pese a que estamos hablando de velocidad, el término Mbps o megabit por segundo, se refiere en verdad a la cantidad de información digital que se puede transmitir en un segundo, por lo tanto no es tanto velocidad, sino caudal. Ahora sí podemos continuar.
La nueva tecnología, desarrollada por el equipo de la UCL, liderado por Sezer Erkılınç, y financiado por el Programa UNLOC EPSRC y Huawei Technologies permite obtener velocidades de datos de más de 10.000 megabits por segundo, según una prueba llevada a cabo en el Reino Unido entre dos centros de investigación ubicados a más de 100 kilómetros de distancia.

«Las velocidades de banda ancha del Reino Unido – explica Sezer en un comunicado – son terriblemente lentas en comparación con muchos otros países, actualmente 36 Mbps, no se trata de una limitación técnica. Para el año 2025, las velocidades promedio deberán ser más de 100 veces mayores para satisfacer las crecientes demandas de aplicaciones que requieren mucho ancho de banda, como video de ultra alta definición, juegos en línea e Internet de las Cosas”.
El estudio, publicado en Nature Communications, explica cómo los expertos desarrollaron un nuevo receptor simplificado para ser utilizado en redes de acceso óptico: los enlaces que conectan a internet.
«Para maximizar la capacidad de los enlaces de fibra óptica – añade Polina Bayvel, coautora del estudio –, los datos se transmiten usando diferentes longitudes de onda o colores de luz. Idealmente, dedicaríamos una longitud de onda a cada suscriptor para evitar el intercambio de ancho de banda entre los usuarios. Aunque esto ya es posible usando elementos altamente sensibles al hardware, conocidos como receptores coherentes, se trata de dispositivos caros y solo viables, en términos financieros, en redes centrales que unen países y ciudades”.

El nuevo receptor, en cambio, conserva muchas de las ventajas de los receptores coherentes, pero es más simple, más barato y más pequeño, y solo requiere una cuarta parte de los detectores utilizados en los receptores convencionales.
La simplificación se logró mediante la adopción de una técnica de codificación para las redes de acceso de fibra que originalmente fue diseñada para evitar el desvanecimiento de la señal en las comunicaciones inalámbricas. Este enfoque tiene el beneficio adicional de ahorrar costos al usar la misma fibra óptica para datos ascendentes y descendentes.

El receptor fue probado en una red de fibra oscura instalada entre Telehouse (este de Londres), UCL (centro de Londres) y Powergate (oeste de Londres). El equipo envió satisfactoriamente a ocho usuarios que pudieron descargar / cargar a una velocidad de al menos 10 Gb / s. Esto es más de 30 veces más rápido que la banda ancha más rápida disponible en el Reino Unido, hoy en día.

Juan Scaliter