Cerca de la mitad de la población del planeta está en riesgo de contraer malaria, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en 2015 hubo más de 200 millones de casos. Al mismo tiempo, en todo el planeta, más de dos mil millones de personas juegan videojuegos. ¿Qué ocurriría si esos dos mil millones pudieran ayudar a los 200 millones de casos de malaria? Esa fue la pregunta que se hizo Miguel Luengo Oroz, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Y la respuesta ha sido utilizar la inteligencia colectiva de jugadores de todo el mundo para ayudar a diagnosticar enfermedades que matan a miles de personas cada día, empezando por la malaria.

La idea se originó en 2012. «Mientras trabajaba para las Naciones Unidas – explica Luengo – en los desafíos mundiales de salud, me llamó la atención que el proceso de diagnosticar la malaria se hace casi a mano y puede tomar hasta 30 minutos identificar y contar los parásitos en una muestra de sangre. Esto significa que no hay suficientes especialistas en el mundo para diagnosticar todos los casos”. Fue entonces cuando se le ocurrió crear MalariaSpot, un juego disponible para ordenadores y móviles en el que el «cazador de malaria» dispone de un minuto para detectar los parásitos en una muestra digitalizada de sangre real.
Desde su lanzamiento, más de 100.000 personas en 100 países han «cazado» un millón y medio de parásitos, esto unido a la inteligencia artificial ha permitido crear recuentos tan precisos como los de un experto, solo que en menos tiempo.

«Publicamos un estudio – continúa Luengo – que demostró que el diagnóstico colectivo mediante el uso de un videojuego no es una locura, pero ahora tiene que ser evaluado desde un punto de vista médico”. Para coordinar toda la información y que estuviera disponible para usuarios de diferentes países, Luengo se benefició de la plataforma de Amazon Web Services (AWS) que les permite enviar datos a la nube para almacenar y probar diferentes estrategias. Para Luengo, el objetivo es lograr un diagnóstico de bajo coste para enfermedades globales, accesible desde cualquier parte del planeta.

Juan Scaliter