Debido al comercio internacional de mascotas, las poblaciones de animales exóticos están apareciendo en lugares inesperados en todo el mundo. Uno de estos exitosos caso de especies invasores es el periquito monje o cotorra argentina (Myiopsitta monachus), un pequeño loro verde nativo de Sudamérica que ahora vuela libre en ciudades de América del Norte, Europa y otras partes del mundo. Y se está convirtiendo en un problema.
En un nuevo artículo publicado en PLOS ONE, un equipo de científicos liderados por Elizabeth Hobson, describen una invasión reciente, rápida y continua de estas aves en México, y los cambios legales que afectaron la extensión de la especie.

Los autores señalan dos decisiones que cambiaron el mercado global de la cotorra argentina de Europa a México. En 2007, la Unión Europea prohibió las importaciones de aves capturadas en el medio silvestre, preocupadas porque pudieran portar la gripe aviar. Un año más tarde, México prohibió que se vendieran en su territorio, loros nativos.
Como resultado, casi medio millón de aves, casi todas originarias de Uruguay, fueron importadas a México en el transcurso de cinco años. Antes de esto, se había avistamientos de cotorras argentinas solo en Ciudad de México, en 2005. Cuando se prohibieron las ventas de especies locales, en 2008,los periquitos fueron vistos en 5 ciudades. A finales de 2015, ya sumaban 97 las ciudades en las que se veían las cotorras argentinas.

“Es una invasión realmente inusual – explica Hobson en un comunicado –. Las nuevas poblaciones empezaron a aparecer alrededor de la misma fecha y parecen haber surgido de forma independiente; es decir, las poblaciones probablemente no han aumentado debido a personas que se trasladan de una ciudad a la siguiente, sino más bien, a través de mascotas que se escapan o son liberadas. Para lidiar con esto, como primer paso crítico, las autoridades necesitan saber cuándo las especies llegaron allí y dónde se encuentran. Este documento está estableciendo esa base fundamental mediante datos de una gran cantidad de fuentes diferentes”.

Juan Scaliter