Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Washington ha descubierto que, en decenas de poblaciones de peces de todo el mundo, los más viejos están desapareciendo, principalmente debido a la pesca. La investigación, publicada en Current Biology, analizó 63 poblaciones que viven en cinco regiones oceánicas en todo el mundo, señala que la proporción de peces de mayor edad ha disminuido significativamente en hasta un 97% por ciento de las poblaciones. La magnitud de la disminución fue superior al 90 por ciento en más de un tercio de los grupos
En un bosque, los árboles de 20 años pueden ser sanos y productivos, pero la pérdida de ejemplares de edad avanzada no pasa desapercibida. Estos gigantes tienen rasgos únicos que ayudan a conformar un hábitat específico para un gran número de especies de animales y plantas y hacen que el ecosistema sea diverso y fuerte. Algo similar ocurre con los peces, afirman los autores, liderados por Lewis Barnett.
“A mayor número de especies de peces de edad avanzada – explica Barnett en un comunicado –mejor pueden contribuir estos animales a la estabilidad general de un ecosistema. Si se reduce esa diversidad, probablemente se minimiza también la capacidad del conjunto para amortiguar los cambios”.
Obviamente el concepto de “viejo” en un pez varía dependiendo de la especie. Algunos tipos de peces de roca, como la Gallineta (Sebastes ruberrimus) pueden vivir hasta 200 años, mientras que los arenques apenas llegan a la década. Eso hace que cuanto más longevos sean los peces, de cualquier especie, mayores sus posibilidades para tener crías.
«En el mundo marino – concluyeTrevor Branch, coautor del estudio –, la tasa de éxito reproductivo es extremadamente variable. Los peces viejos son como una póliza de seguro que nos permite sobrevivir a períodos de bajos índices de reproducción mediante la producción de crías que llegarán a adultas”.
Además de tener más oportunidades para reproducirse, los peces más viejos también se comportan de manera diferente que los peces más jóvenes. A medida que envejecen, algunos cambian su alimentación. También asumen diferentes papeles en la pirámide alimenticia, a veces se convierten en un depredador más dominante a medida que envejecen.
Cuando se descartan los ejemplares viejos, la diversidad y estabilidad de un ecosistema pueden sufrir importantes consecuencias.

Juan Scaliter