Si bien es cierto que las baterías de ion litio, ampliamente utilizadas en dispositivos móviles, tienen una de las vidas más largas en cuanto a ciclos de recargas, también se han visto involucradas en titulares de la prensa debido a incendios provocados por cortocircuitos.

Uno de los principales motivos por el que esto ocurre la formación de dendritas en el interior de la batería. A medida que se cargan y se usan,se produce un movimiento de iones entre los dos electrodos de una batería, esto es la esencia de una corriente eléctrica. Pero con el tiempo, este reposicionamiento de iones puede crear pequeñas acumulaciones, como estalactitas en una cueva (las mencionadas dendritas) que eventualmente obstaculizan el contacto entre el electrodo positivo y el negativo, lo que puede derivar en un cortocircuito.
Para evitar o reducir la formación de dendritas los diseños actuales incluyen un electrodo de grafito relleno de litio en lugar de litio puro. Si bien el grafito logra su propósito, también hace menos efectiva a la batería, ya que almacena aproximadamente 10 veces menos energía que el litio puro.

Ahora, un grupo de de la Universidad de Drexel, liderados por Yury Gogotsi, ha desarrollado una nueva solución: usar nanodiamantes (diamantes 10.000 veces más pequeños que el diámetro de un cabello) para evitar la formación de dendritas. En un estudio publicado en Nature, los autores señalan que en un ciclo de carga-descarga constante de 200 horas, no detectaron la formación de ninguna dendrita.
“Es potencialmente un gran cambio – explica Gogotsi en un comunicado –, pero todavía es difícil estar 100% seguro de que las dendritas nunca crecerán. Será necesario realizar pruebas más extensas y tampoco deberíamos depender solo de los nanodiamantes, deberíamos utilizar elementos no inflamables, materiales más seguros y separadores más fuertes”.

Juan Scaliter