Por primera vez un grupo de expertos ha identificado los factores genéticos comunes que influyen en la fuerza muscular . Los investigadores, liderados por Dan Wright, utilizaron datos de la fuerza en agarre manual de más de 140.000 participantes en el estudio del Biobank del Reino Unido, combinado con 50.000 individuos adicionales del Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Australia. Gracias a ellos lograron identificar dieciséis variantes genéticas comunes que se asocian con la fuerza muscular.
“El gran número de personas que participan en el proyecto Biobank – explica Wright en un comunicado – proporciona un importante recurso para la identificación de genes implicados en rasgos complejos como la fuerza muscular, y nos ayuda a entender su biología subyacente y su relevancia para la salud”.

Muchas de estas variantes se localizaron dentro o cerca de genes que se sabe que juegan un papel en procesos biológicos muy vinculados a la función muscular, incluyendo la estructura y función de las fibras musculares y la comunicación del sistema nervioso con las células musculares. También se sabe que las mutaciones en algunos de los genes destacados están asociadas con síndromes monogénicos graves (dolencias causadas por una sola mutación genética) cuya principal característica es que comprometen la fuerza muscular. Esto demuestra que la variación genética en los genes que causan condiciones musculares graves también puede influir en las diferencias de fuerza en la población general.
“Aunque hemos sospechado durante mucho tiempo el papel de la genética en la variación de la fuerza muscular – añade Robert Scott, otro de los autores –, estos hallazgos dan la primera idea de algunas de las variantes genéticas específicas que sustentan la variación de la fuerza. Estos podrían ser pasos importantes hacia la identificación de nuevos tratamientos para prevenir o tratar la debilidad muscular”.

Desde hace tiempo se sabe que la fuerza en el agarre manual está asociada con diferentes resultados de salud, incluyendo el riesgo de mortalidad, enfermedad cardiovascular y fracturas, aunque la realidad es que no se sabe si la variación de la fuerza causa estos resultados o solo reflejan procesos de enfermedad subyacentes.
Utilizando las dieciséis variantes genéticas identificadas, los investigadores fueron capaces de investigar la hipotética relación causal entre la fuerza y las mencionadas condiciones adversas para la salud. Los resultados, publicados en Nature, no hallaron pruebas de que una menor fuerza aumentara el riesgo de muerte o enfermedad cardiovascular, pero sí encontraron evidencia de que una mayor fuerza muscular reduce el riesgo de fractura, apoyando el uso de intervenciones de entrenamiento de fuerza como una estrategia para reducir el riesgo de lesiones óseas.
“Este trabajo – concluye otro de los autores, Nick Wareham – destaca la importancia de la fuerza muscular en la prevención de fracturas y las complicaciones que a menudo pueden seguir una caída”.

Juan Scaliter