De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud “el índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2)”. En adultos un IMC superior a 25 indica sobrepeso, mientras que uno por encima de los 30, señala obesidad.

Actualmente, en todo el mundo, más de 2 mil millones de niños y adultos sufren de problemas de salud relacionados con el sobrepeso o la obesidad, y un porcentaje creciente de personas mueren a causa de estas condiciones de salud, según un nuevo estudio publicado en The New England Journal of Medicine. Entre los resultados significativos, los expertos señalan que se están muriendo personas que no son consideradas técnicamente obesos: de los 4 millones de muertes atribuidas al exceso de peso corporal en 2015, casi el 40% se produjo entre las personas cuyo IMC estaba por debajo de 30, es decir, se las consideraba con sobrepeso, pero no obesas.
Los hallazgos representan «una creciente y preocupante crisis mundial de salud pública», según los autores. El estudio ha analizado datos de 195 países y territorios entre 1980 y 2015.

La prevalencia de la obesidad se ha duplicado desde 1980 en más de 70 países y ha aumentado continuamente en la mayoría. Aunque la prevalencia de la obesidad entre los niños ha sido menor que entre los adultos, la tasa de aumento de la obesidad infantil en muchos países fue mayor que la de los adultos. Egipto encabezó la lista de adultos obesidad con alrededor del 35% de su población, mientras que en cifras totales, Estados Unidos con 79,4 millones y China con 57,3 millones tenían el mayor número de adultos obesos en 2015.
España, por su parte, exhibe cifras que rozan el 36% de su población adulta con sobrepeso y 17% con obesidad: un total del 53%.

«El exceso de peso corporal es uno de los problemas de salud pública más difíciles de nuestro tiempo y afecta a casi una de cada tres personas – explica Ashkan Afshin, autor principal del estudio –. Durante la última década, se han evaluado numerosas intervenciones, pero existen muy pocas pruebas sobre su eficacia a largo plazo. En los próximos 10 años, estaremos trabajando estrechamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para monitorear y evaluar el progreso de los países en el control del sobrepeso y la obesidad. Además, compartiremos datos y hallazgos con científicos, políticos y otras partes interesadas que buscan estrategias basadas en la evidencia para abordar este problema”.

Juan Scaliter