No podía haber caído en peor sitio. Esa es la conclusión de un grupo de investigadores que han trabajado en la perforación del cráter donde impactó el asteroide que acabó con los dinosaurios. Con el afán de conocer más a fondo la historia que terminó con el diversificado clado de reptiles, los científicos perforaron y recuperaron rocas del cráter Chicxulub (Golfo de México), las cuales recibieron el impacto de un asteroide de 15 km de ancho hace 66 millones de años.

La mala suerte jugó en contra de los dinos. El impactó tuvo lugar en un mar de poca profundidad, lo que ocasionó que cantidades ingentes de azufre (procedentes del mineral yeso) se inyectasen en la atmósfera. Como daño colateral de este escenario, tras el impacto se extendió el período de «invierno global». Los investigadores afirman que, si el asteroide hubiese caído en otra parte, el resultado podría haber cambiado la historia.

Según ha explicado Ben Garrod, biólogo evolutivo y uno de los autores del documental de la BBC El día que los dinosaurios murieron, «aquí es donde reside la gran ironía de la historia: al final no fue culpa del tamaño del asteroide, ni tampoco de la escala de la explosión o su alcance global. Lo que provocó que los dinosaurios se extinguieran fue el lugar donde ocurrió el impacto. Es más, si el asteroide hubiese caído instantes antes o después, podría haber impactado en el océano, en lugar de en aguas tan poco profundas. En el Pacífico o en el Atlántico hubiese habido una cantidad mucho más pequeña de roca vaporizada en la atmósfera, incluyendo el yeso mortal».

Esto llevó a un desencadenante de sucesos que dejó sin posibilidades de supervivencia a los dinosaurios. De haber impactado en otro sitio, «la nube habría sido menos densa y la luz solar podría haber alcanzado la superficie del planeta, evitando el fatídico desenlace acaecido después. Con este panorama, la comida del océano se terminó en tan solo una semana y poco después, en la tierra no había qué comer. Sin alimento, los dinosaurios no pudieron sobrevivir».

Para que os hagáis una idea de la fuerza del impacto, el asteroide produjo una energía equivalente a 10.000 millones de bombas atómicas de Hiroshima.

Fuente: BBC

Rafael Mingorance