El grafeno se sigue revelando como un material con múltiples aplicaciones, al menos en el plano teórico. Y la última de ellas es la de poder potabilizar el agua, tal y como acaba de revelar un proyecto realizado por investigadores de la Universidad de Manchester.

Allí han desarrollado unas membranas de óxido de grafeno que son capaces de separar la sal del agua. LA gran novedad de este diseño es que el tamaño de los poros puede controlarse y reducirse a una escala atómica, lo que permite filtrar cualquier impureza u organismo que contenga el líquido.

Fuente: Phys.org.

Vicente Fernández López