En nuestro país el porcentaje de población mayor de 65 años representa un 18,7% del total. Las previsiones señalan que en 2031 pasaría a ser de más 25,6% y en 2066 más de uno de cada tres españoles será mayor de 65.
Pero las cifras del INE se quedan cortas si se las compara con las de las Naciones Unidas que sitúan a España como el país más envejecido del mundo en 2050: en ese momento un 40% de los habitantes tendrá más de 60 años.

“Si comparamos un grupo de personas de la tercera edad – explica Asa Abeliovich, uno de los responsables de un reciente estudio publicado en Cell Systems – algunos parecerán más viejos y otros más jóvenes. Las mismas diferencias en el envejecimiento se pueden ver en la corteza frontal, la región del cerebro responsable de los procesos mentales complejos. Nuestros resultados demuestran que muchas de estas diferencias están vinculados a las variantes de un gen llamado TMEM106B. Las personas que tienen dos malas copias de este gen, tiene una corteza frontal que, por diversas medidas biológicas, parece 12 años mayor que aquellos que tienen dos copias normales”.
El estudio, realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia (CUMC) han descubierto que esta variante genética que afecta en gran medida el envejecimiento cerebral, comienza a actuar a partir de los 65 años y puede incrementar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Los hallazgos permitirían identificar un nuevo biomarcador para evaluar posibles trastornos a la vez que facilitaría la identificación de potenciales objetivos para la prevención o el tratamiento de trastornos cerebrales asociados a la edad, como la enfermedad de Alzheimer.
De acuerdo con Herve Rhinn, otro de los responsables de la investigación, “el principal factor de riesgo para las enfermedades neurodegenerativa es el envejecimiento. Algo cambia en el cerebro a medida que envejece, Eso nos hizo pensar, ‘¿Qué ocurre a nivel genético que provoca esto?”.

Para resolver esto, los científicos analizaron la autopsia de 1.904 personas (que no habían padecido trastornos neurodegenerativos) para obtener los datos genéticos. Con esta información buscaron alrededor de 100 genes cuya expresión aumenta o disminuye con el envejecimiento. Y estos datos se compararon con personas vivas. Y el gen que destacó fue precisamente el TMEM106B
“A partir de los 65 años – concluye Abeliovich –el gen TMEM106B comienza a ejercer su efecto . Hasta entonces, todo el mundo está en el mismo barco, pero en ese momento ocurre algo (aún no sabemos qué exactamente) que cambia las reglas de juego. Quien tenga dos copias buenas del gen, responderá bien a dicho estrés. Pero si se trata de dos copias malas, el cerebro envejecerá más rápido”.

Juan Scaliter