Nuestro cuerpo tiene diferentes velocidades de regeneración celular dependiendo de los órganos. Las células de la tráquea, por ejemplo, se regeneran cada 2 meses aproximadamente, las papilas gustativas con una frecuencia de 10 días y nuestros huesos un 10% cada año. La población celular del intestino, en cambio lo hace semanalmente debido a su alto grado de desgaste. Esto significa que hay una gran cantidad de células madre en constante proceso de división en el intestino. Y entre ellas hay algunas con características únicas.
Así lo ha descubierto un equipo de científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), liderados por Eduard Batlle. Se trata de células quiescentes, aquellas que no proliferan y se encuentran en un estado de aparente hibernación. Y la clave aquí es aparente pues cuando el resto de células madre sufren por determinados estimulos estresantes, como puede ser la quimioterapiao una inflamación o infección del tejido, su población se reduce significativamente, las quiescentes toman el relevo. Pese a estar en clara desventaja (hay una célula quiescente por casa 10 células madre)su función es clave para asegurar la regeneración del intestino y repoblar el órgano con las células madre “normales” perdidas.

«Las células madre quiescentes – explica Batlle en un comunicado –, al dividirse infrecuentemente, son resistentes a muchas formas de quimioterapia y regeneran los tejidos que la quimioterapia ha dañado. Nuestra intención es seguir investigando las células madre quiescentes en salud y en enfermedad y descubrir la función de los genes que las distinguen, tanto en colon como en otros órganos”.
Esto último es de gran importancia ya que la mayoría de los medicamentos contra el cáncer producen efectos secundarios como la disminución de la división celular. Saber cómo evitar esto es uno de los grandes pasos en tratamientos oncológicos. El estudio ha sido publicado en Cell Stem Cell.

Juan Scaliter