¿Qué diferencia a los padres cariñosos e implicados con la crianza de sus hijos, de aquellos que no demuestran un compromiso tan profundo? De acuerdo con un reciente estudio publicado en Hormones and Behavior (el primero en analizar la influencia de las hormonas oxitocina y la vasopresina, ambas influyentes en el vinculo social), la oxitocina desempeña un rol fundamental en lo que al amor paternal se refiere.
Durante mucho tiempo se ha sabido que, durante el embarazo, las mujeres experimentan dramáticos cambios hormonales que las preparan para la crianza de los hijos. La oxitocina, en particular, se consideraba una hormona materna, ya que se libera en el torrente sanguíneo durante el parto y la lactancia y facilita los procesos de nacimiento, profundizando el vinculo con el recién nacido y la producción de leche.

Pero los hombres también formamos parte de este ciclo. “Nuestros hallazgos – explica James Rilling, líder del estudio, en un comunicado –, son una nueva evidencia de que los padres, y no sólo las madres, experimentan cambios hormonales que son propensos a facilitar la empatía y la motivación para cuidar a sus hijos. También sugieren que la oxitocina, que se sabe que desempeña un papel en la vinculación social, podría algún día ser utilizada para normalizar los déficits en la motivación paterna, como en hombres que sufren de depresión posparto”.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de Rilling recurrió a imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para comparar la actividad neuronal en hombres ( a algunos se les administró oxitocina por medio de un spary nasal y a otros un placebo). Los participantes eran todos padres sanos de niñosde entre uno y dos años. Mientras se sometían a exploraciones cerebrales fMRI, a cada voluntario se le mostraba una foto de su hijo, una foto de un niño que no conocía y una foto de un adulto que no conocía.

Al ver una imagen de su prole, los participantes que habían recibido la dosis de oxitocina mostraron un aumento significativo de la actividad neuronal en los sistemas cerebrales asociados con la recompensa y la empatía, en comparación con aquellos que recibieron el placebo. Esta mayor actividad (ubicada en el núcleo caudado, cingulado anterior dorsal y corteza visual) sugiere que las dosis de oxitocina puede aumentar los sentimientos de recompensa y empatía en los padres, así como su motivación para prestar atención a sus hijos.
“Me interesaba comprender por qué algunos padres están más involucrados en el cuidado de sus hijos que otros – concluye Rilling –. Para entender completamente la variación en este comportamiento, necesitamos una imagen clara de la neurobiología y los mecanismos neuronales que apoyan el comportamiento”.

Juan Scaliter