El postimpresionista Georges Seurat fue un pintor puntillista. Literalmente; quiso ver el mundo a base de puntos, y lo hizo tan bien que creó escuela. Pero su esfuerzo pionero se antoja de una belleza basta, en comparación con las imágenes en 3D que ha obtenido, 125 años después, un equipo de investigadores de Estados Unidos y Reino Unido.

Los científicos han “pintado” la imagen de una valiosa nanopartícula -compuesta nada más y nada menos que de oro y platino- a base de 23.000 puntos que corresponden a los 23.000 átomos que la componen. Es la imagen con mayor nivel de detalle que se ha registrado de una partícula semejante hasta ahora.

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Hasta un niño puede coger un pincel e imitar, con poco éxito, composiciones de Maximilien Luce. Pero no así con el cuadro de la preciosa partícula, cuya complejidad intimida.

No solo han tenido que recurrir a uno de los microscopios electrónicos de transmisión más potentes del mundo -se llama TEAM I y está en Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, una instalación financiada por el Gobierno de Estados Unidos a la que están asociados 13 premios Nobel-. Y han tenido que refinar los datos con un algoritmo de última generación que ha recreado la posición exacta, y en 3D, de cada uno de los 23.000 átomos.

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Su reconstrucción es tan intelectualmente bella como estéticamente precioso es el cuadro Mañana, Interior, de Maximilien Luce (1890) -a la izquierda- y el famoso autorretrato de Van Gogh. Cada punto de su imagen dice dónde está el átomo y sus características químicas, y eso es muy importante porque la composición atómica de los materiales determina sus propiedades y, de paso, sus posibles aplicaciones.

La capacidad de ver cada átomo de una nanopartícula permite a la ciencia avanzar en nuevas obras, que alimentan nuestro anhelo de progreso. Por ejemplo, la medicina está apostando por las nanopartículas para distribuir medicamentos más efectivos y una comprensión exacta de la estructura de las moléculas puede ser vital a la hora de detectar aquellas que puedan ser una amenaza.

Aunque el problema que están abordando los científicos que han participado en la investigación es más abstracto: quieren saber cómo organizar átomos. Con suerte, su trabajo servirá para organizar un mundo mejor.

Andrés Masa Negreira