Scott y Mark Kelly, además de astronautas, eran gemelos idénticos. Y decimos eran porque ya no lo son, después de que el primero de ellos pasara un año en la Estación Espacial Internacional.

Los parámetros vitales y el material genético de ambos fueron analizados y comparados por un equipo de especialistas dirigido por Christopher Mason, genetista de la Cornell University de Nueva York.

Y el resultado ha sido que el ADN de Scott, el gemelo que pasó un año en el espacio, presenta modificaciones en el ADN diferentes a las de su hermano, fruto probablemente del tiempo que ha pasado viviendo en condiciones de ingravidez y comiendo alimentos iofilizados.

Algunos de estos cambios podrían haberse producido igualmente en la Tierra, cuando una persona vive constantemente en situaciones muy estresantes. Lo que confirma que viajar al espacio es lo más alejado que hay a una experiencia relajante.

Fuente: Nature.

Vicente Fernández López