Un reciente estudio podría dejarnos tiesos: habría vida después de la muerte. Al menos vida celular.Los procesos involucrados, según el estudio publicado en Open Biology, tendrían relación con la expresión y la transcripción génica. El primero de ellos se da cuando la información almacenada en el ADN se convierte en instrucciones para la fabricación de proteínas u otras moléculas. Mientras que la transcripción de genes, el primer paso de la expresión génica,se produce cuando un segmento de ADN se copia en ARNy está asociado con el estrés, los procesos inmunes, la inflamación y el cáncer. Ambos podrían seguir ocurriendo horas e incluso días después de que el individuo fuera declarado muerto.

“No todas las células están muertas cuando un organismo muere – asegura el autor principal del estudio Peter Noble –. Cada tipo de célula tienen diferentes períodos de vida, tiempos de generación y resiliencia al estrés extremo. Es probable que algunas células permanezcan vivas y estén tratando de repararse, específicamente las células madre.
Los investigadores identificaron una «parada gradual» después de la muerte, en la transcripción de algunos genes disminuyó, pero otras aumentaron. Aunque los pasos precisos todavía no se han definido, los científicos no creen que se trate de un proceso aleatorio.

Estos resultados se han observado en peces cebra y en ratones, aunque el equipo, dirigido por Alex Pozhitkov, cree que el fenómeno se produce en todos los animales, incluidos los seres humanos.
El hallazgo podría ser fundamental para comprender un problema en el ámbito de los trasplantes.
Durante años, los investigadores han observado que los receptores de órganos, a menudo exhiben un mayor riesgo de cáncer después de un trasplante. Los autores indican que esto podría explicar el motivo.

Juan Scaliter