Podría ser que la ciencia apoye esas escapadas al café con la excusa de trabajar. Al menos según la evidencia presentada por expertos de la Universidad de Yamaguchi en Japón en la Reunión Anual de la Sociedad Acústica. De acuerdo con un estudio elaborado por Takahiro Tamesue los ruidos y los murmullos no distraen tanto como las conversaciones de colegas de oficina.

Liderados por Tamesue, un grupo de voluntarios, realizaron diversas tareas en un ordenador mientras escuchaban primero ruidos y luego conversaciones de fondo relacionadas al trabajo. Mientras esto ocurría, sus cerebros eran monitorizados para saber si se intentaba procesar el sonido o se le ignoraba. Los resultados mostraron que los diálogos de oficina, por estar vinculadas al espacio laboral, eran más atractivos y contribuían a distraer más frecuentemente a los voluntarios.

“Las conversaciones cercanas – explica Tamesue – a menudo alteran la rutina laboral en las oficinas abiertas. Debido a que es difícil insonorizar una instalación como esta, un modo de enmascarar las conversaciones que pueden distraer es poner otro tipo de sonido que no tenga ningún significado. Nuestro experimentos sugieren que al diseñar entornos sonoros en espacios utilizados para tareas cognitivas, como un lugar de trabajo o escuelas, sería apropiado considerar no sólo el nivel de sonido, sino también la significación del ruido presente”.

Juan Scaliter