La Real Academia de la Lengua define el término consciencia como la «capacidad del ser humano de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella«. Esta capacidad puede perderse de forma dramática al entrar en estado de coma, sin que médicos e investigadores supieran muy bien cómo el paciente la había perdido.

Ahora, un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard ha conseguido averiguar dónde se esconde la consciencia, algo que, supuestamente, podría ayudar a personas que llevan años esperando despertarse en la cama de un hospital y escapar de su estado vegetativo. A pesar del hallazgo, los investigadores quieren ser prudentes con sus conclusiones. Según han explicado en Neurology, esperan que sus resultados puedan ser reproducidos con el fin de confirmar que están bien encaminados.

Hace unos años, otro grupo de investigadores descubrió que la consciencia (que no conciencia, que es nuestro Pepito Grillo interior) se esconde en algún lugar de nuestro tronco encefálico, pero fue imposible señalarla con el dedo. Ahora, los investigadores de Harvard han dado no solo con su ubicación exacta en el tronco encefálico, sino que han descubierto también su lugar en nuestro cerebro.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores contaron con 36 pacientes que padecían lesiones en el tronco encefálico (doce de ellos en estado de coma). La excitación está relacionada con un estado de vigilia que se cree que está controlado por el tronco encefálico. La consciencia, en cambio, está fuertemente asociada con la corteza, lugar de nuestro cerebro donde se coordinan la mayoría de funciones superiores.

Es de suponer que si la excitación se encuentra en el tronco encefálico, con toda probabilidad la consciencia también se oculte allí. Tras realizar determinadas pruebas y analizar profundamente sus cerebros, se percataron de que había una zona afectada que resaltaba sobre todas las demás: el área tegmental ventral de Tsai (ATV), área importante en la cognición, la motivación, el orgasmo, la dependencia a las drogas, las emociones intensas relacionadas con el amor y varios desórdenes psiquiátricos. Dicho área estaba dañado en diez de los doce pacientes en estado vegetativo y solo en uno de los que estaban conscientes.

A pesar de que sabían que estaban cerca de obtener una respuesta, que uno de los pacientes no comatosos mostrará daños en este área, les hizo replantearse todo. Fue así como buscaron ayuda en un mapa de conexiones neuronales (conectoma) y encontraron dos áreas de la corteza cerebral conectadas directamente al ATV que parecían ser las responsables directas de la consciencia.

La investigación parece prometedora, pero aún hay que ser cautos con sus resultados hasta que puedan realizarse las comprobaciones que proponen los investigadores.

Redacción QUO