Los nuevos datos revelados en el último informe de salud global de las Naciones Unidas “son suficientes para que todos estemos extremadamente preocupados”, afirmó en un comunicado, la directora del departamento de salud pública ymedio ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira.

De acuerdo con la OMS, nueve de cada 10 personas en el mundo están respirando aire de mala calidad.
El problema es más agudo en las ciudades, pero el aire en las zonas rurales sería peor de lo que muchos piensan. “Se trata de una emergencia de salud pública – explicó Neira en el comunicado –. Se precisa de una acción rápida para hacer frente a la contaminación lo antes posible”. El objetivo es instar a los gobiernos a reducir el número de vehículos en la carretera, mejorar la gestión de los residuos y promover energías limpias para la cocina. Esto último es de vital importancia ya que en gran parte de los países subdesarrollados, los más afectados, cocinar los alimentos significa quemar carbón que desprende partículas tóxicas, más perjudiciales aún en ambientes cerrados.

El informe se basa en muestras recogidas en más de 3.000 sitios en todo el mundo, tanto a nivel superficial como con satélites. Esto hace que los datos más precisos sean en el exterior, mientras que los de interior se han extrapolado de otros estudios. A pesar de estas lagunas en los datos, Neira asegura que “la OMS ahora tiene más información que nunca sobre los contaminantes en el aire del planeta”. Las cifras obtenidas han permitido realizar un mapa interactivo que muestra cómo evoluciona la contaminación del aire y las regiones más afectadas por las partículas contaminantes.

Casi el 90 por ciento de las seis millones de muertes anuales, relacionadas con la contaminación del aire, se producen en países de bajos y medianos ingresos. “Estamos ante una emergencia sanitaria mundial”, concluyó Neira.

Juan Scaliter