La “planicie Sputnik” o Sputnik Planum es una de las formaciones características de Plutón no solo por su silueta en forma de corazón, sino también por otras características. En las últimas imágenes enviadas por la sonda New Horizons y para sorpresa de los investigadores, las imágenes enviadas por la cámara LORRI de la sonda no fueron capaces de mostrar ni un solo cráter de impacto en esta región. Esto es importante ya que los cráteres constituyen una herramienta para datar la edad de los cuerpos del sistema solar. Y en este caso, lo único que han podido hacer los expertos es asumir una antigüedad máxima: diez millones de años, algo que en términos geológicos, es apenas un suspiro.
Esto ha hecho de la planicie Sputnik una región sumamente atractiva para los astrónomos que, en un nuevo estudio publicado en Nature, han logrado explicar su origen. El corazón espejado es en realidad un enorme glaciar de cuatro kilómetros de profundidad y mil de ancho. Está compuesto principalmente por nitrógeno helado y cantidades menores de monóxido de carbono y metano que giran como el material en el interior de una lámpara de lava. Para desentrañar su nacimiento, los autores del estudio, Tanguy Bertrand y François Forget, de la universidad francesa Pierre y Marie Curie, realizaron simulaciones de los componentes químicos que se depositaron sobre Plutón a lo largo de 50.000 años terrestres (apenas 200 órbitas para Plutón). El modelo les permitió descubrir la clave: las profundas cuencas sobre las que se sitúa el glaciar, intensifican el enfriamiento del hielo y, al mismo tiempo la atmósfera de Plutón es más densa a menor altura, lo que hace que la condensación del hielo sea mayor en esta regiones. Si las conclusionespropuestas por Bertrand y Forget son correctas, este corazón de hielo desaparecerá en la próxima década.

Juan Scaliter