Un trozo de tela, hallada en el norte de Perú, con vestigios de haber sido teñido de color azul, hace que miremos nuestros vaqueros con otros ojos. El descubrimiento, liderado por Jeffrey Splitstoser, de la Universidad George Washington,constituye el primer testimonio de uso de añil (Indigofera tinctoria) como tinte azul, un color técnicamente difícil de producir. De acuerdo con Splitstoser, el hallazgo habla de la sofisticada tecnología textil andina desarrollada hace 6.200 años. Para darnos una idea, los egipcios se consideraban hasta ahora los pioneros en el uso de este tinte y las muestras más antiguas son 1.500 años más recientes.

«Algunos de los logros tecnológicos más importantes del mundo se desarrollaron por primera vez en el Nuevo Mundo – explica Splitstoser, autor principal del estudio publicado en Science –. Mucha gente, sin embargo, siguen desconociendo los aportes tecnológicos importantes hechos por los nativos americanos, tal vez debido a que muchas de estas tecnologías fueron reemplazados por sistemas europeos durante la conquista. Sin embargo, las fibras delicadas y las sofisticadas prácticas de teñido, hilado y tejido desarrolladas por los antiguos sudamericanos fueron rápidamente incorporadas por los europeos”.

El textil fue descubierto en 2009, durante una excavación en Huaca Prieta, una zona desértica al norte de Perú, que debido a su clima seco “garantiza” la preservación arqueológica de restos orgánicos. Los expertos creen que el sitio fue probablemente un templo a donde se llevaban una variedad de textiles y otras ofrendas, posiblemente como parte de un ritual. Los artefactos bien conservados dan una visión de del estilo de vida de los habitantes de la región, al mismo tiempo que ofrecen una conexión inesperada hasta el siglo 21. “El desarrollo de añil resultó ser fundamental para las futuras tendencias en la moda, tejidos y artes textiles – concluye Splitstoser –. El algodón utilizado en telas Huaca Prieta, Gossypium barbadense, es la misma especie cultivada hoy se conoce como el algodón egipcio. Y eso no es la única conexión de algodón que hicimos en esta excavación. Podríamos decir que de no ser por los antiguos sudamericanos, no tendríamos vaqueros azules”.

Juan Scaliter