Lucy siempre ha sido una de las estrellas de la antropología. Los huesos de esta Australopithecus afarensis, encontrados en 1974, son un auténtico tesoro, ya que se trata de uno de los pocos ejemplares cuyos restos han aparecido casi completos. Por los análisis realizados, sabíamos que esta hembra había vivido hace más de dos millones de años. Pero, ¿cómo murió?

La respuesta a este enigma la ha encontrado finalmente John Kappelman, un paleontólogo de la Universidad de Austin. Observando que uno de los huesos del brazo (el húmero) mostraba una fractura bastante inusual, consultó con varios especialistas en cirujía ortopédica que le confirmaron que se trataba de una lesión que solía producirse al caer al suelo y tratar de protegerse con las manos para minimizar el impacto del golpe.

Con esta información, Kappelman volvió a analizar los restos de Lucy y descubrió que otros huesos, como el omóplato derecho, también presentaban síntomas que indicaban que podía haber sufrido una caída. Los análisis también revelan que Lucy impactó primero con los pies contra el suelo, y luego, lo hizo con el resto del cuerpo. Las lesiones debieron de ser tan graves que, según este estudio, murió rápidamente.

El paleontólogo está convencido de que Lucy se precipitó contra el suelo desde la rama de un árbol, probablemente desde una altura de diez metros o más. El misterio sobre su muerte queda así resuelto. Aunque, ahora, el imaginarnos a Lucy agonizando sola a los pies de un árbol, nos produce una gran desazón.

Fuente: http://www.nature.com/articles/nature19332.epdf?referrer_access_token=TpI4eaoa4l9iaNHALFuKdtRgN0jAjWel9jnR3ZoTv0O_HGA3uxVr-qefDo7ZHMRDdHMozyEUCOLiPGtU8bgf3y-FthQKHEBN28gDoelmDfU8vn_orrUMLlKxx02nGjog3vrp72hZeXryQeI8WPMfGBbdzQZ1NEXbJf81jA_LV6N8nTM35VPn0lQc_7hWzAeQu__DVzUI_q0jbFEAQzAcheZGRP1hhqrhsw3tQQEZUchRXyq-HOirnb-Xsa6_Xek07brFZXPXT524En2B_A7PPw%3D%3D&tracking_referrer=www.nature.com

Vicente Fernández López