El pasado 28 de septiembre, el Falcon 1 se convirtió en el primer cohete de capital privado que lanzaba turistas a 500 km de la Tierra en un vuelo suborbital. Y al hacerlo, le pisó los talones a Virgin Galactic, que ya tiene una lista de espera de centenares de millonarios excéntricos. Pero?los vuelos suborbitales en naves civiles, ¿son tan seguros como aquellos gestionados por una agencia espacial estatal? Estas “excursiones” tienen varios momentos críticos. Si el despegue es vertical y falla un motor, la nave no puede abortar. Pero si es horizontal, hay una opción: regresar a la pista. Durante el vuelo podría fallar la presurización, y quienes no lleven un traje que contrarreste los efectos de la presión por encima de los 10 km de altitud tienen los segundos contados. Otro instante crítico es la reentrada a la Tierra: la nave no cuenta con asientos eyectores para casos de emergencia. Finalmente, ¿qué ocurre si hay que realizar aterrizaje de emergencia en otro país? Hasta ahora, los gastos de repatriación son del país en el que “caen”, pero con los vuelos privados, los gobiernos quieren cambiar esto. ¿Podrán hacerlo?

Redacción QUO