¿Te imaginas que los casi 7.000 millones de personas que habitan en el planeta quedasen para dar un salto a la misma vez? Parece divertido, pero lo cierto es que hay muchas cosas que podrían salir mal.

Lo primero de todo sería elegir un lugar. El diario Business Insider plantea la opción de Nueva York (como no…). Una vez allí, el resto sería sencillo: hacer una cuenta atrás con el fin de que todos los seres humanos salten y aterricen al mismo tiempo.

Aunque el efecto dependería de muchas cosas, como por ejemplo la amortiguación de los zapatos de cada terrícola, podemos hacer un cálculo algo generalista. El aterrizaje ocasionaría un fuerte estruendo de alrededor de 200 decibelios, lo que viene a ser lo mismo que una bomba atómica similar a la de Hiroshima o Nagasaki.

Por otro lado, además de un ruido ensordecedor, provocaríamos un terremoto de una magnitud de entre 4,0 y 8,0 en la escala sismológica de Richter. Si bien 4,0 no causaría muchos problemas, una de 8,0 ya son palabras mayores. Derribaría nuestros edificios, colapsaría las líneas eléctricas, destruiría las vías del tren, demolería los puentes y, con toda probabilidad, ocasionaría peligrosos tsunamis.

Pero, a pesar de todos estos destrozos en la Tierra, nuestro planeta seguiría tranquilamente girando sobre su eje alrededor del Sol sin desviarse lo más mínimo en su trayectoria.

Redacción QUO