Uno de los obstáculos para la observación astronómica con telescopios es que la atmósfera terrestre distorsiona la luz. Por eso se toman como referencias estrellas muy brillantes que permiten corregir esa variación a la hora de enfocar otros objetos. Lo malo es que esos astros no existen en todos los puntos que nos interesa mirar. Para remediarlo, hemos aprendido a fabricar estrellas artificiales, lanzando hacia el firmamento rayos láser. Estos iluminan los átomos de sodio y los hacen resplandecer con la intensidad que nos interesa. Cuanto más rayos, mayor precisión.

El Telescopio Muy Grande (Very Large Telescope, VLT) del Observatorio Austral Europeo cuenta ya con su sistema de cuatro láseres para generar las estrellas de guiado, que se inauguró recientemente en el Observatorio Paranal de Chile. Cada uno de los cuatro rayos tiene 22 vatios de potencia. Con su luz se crean los astros guía más potentes utilizados hasta ahora en la astronomía.

Spacex te quitará el sueño

[image id=»81208″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Aunque solo si vives en una de las ciudades que rodean sus instalaciones de prueba de cohetes en el centro de Texas. Ante las quejas de sus ciudadanos por el ruido, han promulgado ordenanzas que contemplan multas de hasta 50.000 dólares para la empresa espacial.

Las galaxias reciclan muy mal

[image id=»81220″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Al formarse, las estrellas generan grandes cantidades de elementos pesados, que podrían integrarse en nuevos astros. Pero en la Universidad de Colorado han descubierto que las galaxias los lanzan a millones de años luz 
y no los aprovechan.

Pilar Gil Villar