«Unos 3.400 millones de años atrás – explica Alberto Fairén, investigador en el Centro de Astrobiología en Madrid y en el Departamento de Astronomía de la Universidad Cornell en Nueva York y autor del estudio publicado en Scientific Reports –un meteorito impactó en las planicies del norte de la superficie marciana y provocó un tsunami de agua líquida que formó canales de retrolavado para llevar el agua de vuelta al océano”. Gracias a un estudio geológico, los autores del artículo pudieron identificar los diferentes niveles de estos océanos, antes y después del impacto. Y descubrir también que hubo, millones de años después, otro tsunami similar. Ambos eventos dejaron, primero profundas cicatrices en el paisaje marciano y al mismo tiempo evidencias de que aquellos océanos fríos y salados eran propicios para sostener la vida.

En conversación con Quo, Fairén señala que “En la época en la que se formaron los tsunamis que hemos identificado, Marte era un planeta muy frío. Tenía océanos, pero debemos imaginarlos similares al Océano Glacial Ártico hoy, no formando playas como las de Valencia. Nuestro trabajo demuestra que en las decenas de millones de años que pasaron entre los dos tsunamis, el ambiente se volvió aún más frío, y el océano se cubrió parcialmente de hielo. En estas condiciones, la concentración de sales en al agua del mar aumentó considerablemente. Es más, en trabajos previos (aquí y aquí) hemos demostrado que los océanos marcianos eran más salados que los terrestres. Estas elevadas concentraciones de sales contribuyeron a mantener el agua en estado líquido durante más tiempo y a temperaturas más bajas. Por lo tanto, una hipotética biosfera marciana pudo encontrar entornos con agua líquida en los que subsistir incluso cuando la temperatura del planeta estaba significativamente por debajo de cero grados”.

Al consultarle si dichos impactos podrían haber sido “la chispa de la vida” que permitiría crear enlaces químicos más complejos y propiciar una biología marciana, Fairén señala que “Hay muchos trabajos que han propuesto este escenario para el origen de la vida tanto en la Tierra como en Marte. Gran parte de la superficie marciana está saturada de cráteres de impacto, de forma que no es necesario que pensemos únicamente en los dos impactos que generaron los tsunamis: Marte sufrió impactos de mucha mayor magnitud y durante mucho tiempo antes de los tsunamis”. Pero no solo Marte habría sido bombardeado por meteoritos en aquellos tiempos. Recientemente un equipo de la Universidad Nacional Australiana, publicó en Precambrian Research, indicios de un enorme meteorito que impactó contra nuestro planeta en una época similar al estudiado por Fairén, 3.460 millones de años atrás.

Los expertos señalan que la región del impacto marciano sería un entorno muy interesante para futuras exploraciones robóticas o, si hay suerte, en misiones humanas.

Juan Scaliter