De acuerdo con un nuevo estudio, el azúcar ribosa (un monosacárido) que es la R en la molécula ARN (ácido ribonucleico) fundamental para la vida, estaría presente en los cometas y asteroides que recorren el sistema solar y pueden ser más abundantes en todo el universo de lo que se pensaba hasta ahora. El hallazgo tiene implicaciones no sólo para el estudio de los orígenes de la vida en la Tierra, sino también para la comprensión de las probabilidades que haya vida más allá de nuestro planeta.
Los científicos ya sabían que varias de las moléculas necesarias para la vida, incluyendo aminoácidos y bases nitrogenadas, podían surgir de la interacción del hielo en los cometas y la radiación espacial. Sin embargo, la ribosa (columna vertebral del ARN) había sido difícil de detectar hasta ahora.
El ácido ribonucleico, es una de los tres macromoléculas que son necesarias para la vida en la Tierra, junto a el ADN y las proteínas.
Muchos científicos creen que el ARN es una molécula más antigua que el ADN y que antes que esta llegara a la escena terrícola, nuestro planeta ya contaba con ARN. Sin embargo, la ribosa, sólo se forma en condiciones específicas, y los científicos dicen que esas condiciones no estaban presentes en nuestro planeta antes de que la vida evolucionara. Por lo tanto, ¿de dónde viene la ribosa? Para responder a esta pregunta, un grupo de científicos de la Universidad Sophia Antipolis, de Niza, recrearon las condiciones del sistema solar primitivo en un laboratorio. Utilizaron agua, metanol y amoniaco (moléculas abundantes en el disco protoplanetario que se formó alrededor del Sol en los inicios del sistema solar y que también son abundantes en las nubes de gas en todo el universo). El cóctel fue puesto en una cámara de vacío y enfriado a una temperatura de 80 grados Kelvin (la friolera de-193ªC).El hielo obtenido se dejó a temperatura ambiente lo que provocó que las moléculas volátilespasaran del estado sólido al gaseoso sin pasar por el estado líquido (se sublimaron), dejando una delgada película.

El experimento duró unos seis días y permitió obtener 100 microgramos de los residuos de cometas de hielo artificial en el laboratorio.
Cornelia Meinert,coautora del estudio publicado en Science, señala que no solo lograron obtener azúcar y moléculas relacionadas, sino también los aminoácidos, ácidos carboxílicos y alcoholes. “Nos enfrentamos a una muestra muy compleja que contiene una gran diversidad de moléculas – explica Meinert –. Por lo que identificar compuestos individuales resulta muy difícil. Nuestra simulación es un proceso muy habitual que puede ocurrir en las nubes moleculares, así como en los discos protoplanetarios. Esto demuestra que los bloquesque constituyen el material genético imprescindible para la vida, sería abundante en ambientes interestelares”.

El hallazgo permite completar un poco más el retrato de la biología en el universo, ya que de acuerdo con Andrew Mattioda, astroquímico del centro de investigación Ames Research Center en la NASA «Si todas estas moléculas que son necesarias para la vida están por todas partes en el espacio, la posibilidad de encontrar vida fuera de la Tierra aumenta considerablemente”.

Juan Scaliter