Las Islas Bermudas, Puerto Rico y Miami están unidas por inexistente triángulo que se ha hecho mundialmente famoso. ¿La causa? Las numerosas desapariciones de barcos y aviones que han sucedido en dicha área, algunas de ellas sin ninguna explicación convincente. La leyenda sobre el Triángulo de las Bermudas como un lugar misterioso (incluso maldito) comenzó en 1945, con la desaparición de los aviones de una escuadrilla estadounidense. Ese suceso sirvió para que se rescataran otros similares ocurridos en el pasado, y para que, las que sucedieron posteriormente se convirtieran, en noticias de auténtico impacto global.

Por supuesto, ha habido teorías de todo tipo para tratar de explicar dichas desapariciones, muchas de las cuales apuntaban a adubciones provocadas por seres extraterrestres. Se ha hablado incluso de puertas interdimensionales… Pero, más allá de la fantasía, parece existir una razón científica que explique muchos de esos sucesos. Y lo más sorprendente es que para descubrirla, los investigadores han tenido que viajar a miles de kilómetros. Al Ártico.

Un grupo de científicos ha encontrado en las profundidades del mar de Barents, en Noruega, una serie de enormes cráteres, que miden más de 800 metros de diámetro y 45 metros de profundidad, por las que se filtran grandes cantidades de metano acumuladas en el subsuelo, y que se liberan al exterior en forma de explosiones que pueden provocar el hundimiento de barcos.

¿Y qué tiene todo esto que ver con el Triángulo de las Bermudas? Que el ruso Igor Yeltsov, del Instituto Trofimuk de Geología y Geofísica de Novosibirsk, ha aprovechado para recordar que, ya en 2014, él había sugerido que las desapariciones de barcos de las Bermudas podían deberse a las explosiones de gas metano.

Por supuesto, sigue siendo solamente una hipótesis. Pero, el siguiente paso es comprobar si esas bolsas de gas existen realmente en el subsuelo del Triángulo. De ser así, el misterio quedaría (al menos de forma parcial) resuelto. Y, en el caso contrario, seguiremos teniendo terreno abonado para desatar nuestra imaginación.

Redacción QUO