La temperatura global ha aumentado una media de 0,8 ° C en los últimos 100 años y, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), la mayor fuente de este incremento han sido de las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes generados por los seres humanos.
Lo que no podía establecerse, con precisión fiable, es qué parte de esos cambios correspondían de verdad a la actividad humana y no estaban provocados por meras fluctuaciones propias del clima. Gerrit Hansen, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (Alemania) y Dáithí Stone, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab) desarrollaron una nueva metodología para responder a esta incógnita. El trabajo ha sido publicado en Nature Climate Change.
El estudio analiza diversos impactos regionales en todo el mundo identificados en el último informe del IPCC (por ejemplo los deshielo de diferentes glaciares, cambios en los ecosistemas terrestres en Asia, los incendios forestales en Alaska, etc.). El informe del IPCC detalla más de 100 de estos casos. El trabajo de Hansen y Stone fue, en un primer paso, revisar estos datos en el período de 1971 hasta 2010. Luego, mediante una algoritmo, se verificaban los informes para que cumplieran tres criterios:
1) Que fuera una base suficientemente extensa para proporcionar una comprensión de lo que realmente había sucedido
2) Que la información obtenida procediera de fuentes apropiadas
3) Que las simulaciones realizadas en el pasado tuvieran mediciones comparativas de las emisiones con y sin humanos.
Los resultados obtenidos después de este filtro, se expresaron como una puntuación numérica de la confianza en la hipótesis de que las emisiones generadas por el ser humano han afectado al clima regional, que van desde «ninguno» a «muy alta».
“Hay muchos modos en los cuales podríamos haber combinado los resultados – asegura Stone –pero nos descubrimos que no importaba el método que usemos: los resultados apuntaban siempre a las mismas conclusiones”. Y estas son que casi dos tercios de los impactos relacionados específicamente con el calentamiento en las áreas continentales y cerca de la superficie del océano pueden atribuirse a las emisiones humanas.

Juan Scaliter