Según una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Newcastle, aquellos niños que pasan más tiempo con sus padres desarrollan un cociente intelectual más elevado que los que disfrutan menos horas de la compañía de sus progenitores. Especialmente, los primeros años de vida.

Para llegar a estas conclusiones, publicadas en la revista Evolution and Human Behaviour, los investigadores analizaron las vidas de 11.000 personas nacidas en 1958. Después entrevistaron a sus madres, a quienes les preguntaron sobre la presencia de la figura paterna en sus vidas. Especialmente si habían realizado actividades juntos como jugar o leer, excursiones, etc. Al analizar los datos obtenidos, los investigadores se percataron de varias cosas. En primer lugar, de que los hombres tienden a prestar más atención a sus hijos que a su hijas. En segundo lugar, que aquellos que habían disfrutado más tiempo con sus padres tenían un cociente intelectual más elevado y eran mucho más sociables.

Teniendo en cuenta los tiempos que corren, los investigadores tuvieron en cuenta los niños que vivían con padres que estaban separados o divorciados. En este caso, a pesar de que los progenitores no vivan juntos, se notaron mejores resultados en aquellos casos en que el padre había estado completamente involucrado en el día a día del pequeño que aquellos que tuvieron una infancia con menor protagonismo de la figura paterna. Según explica el doctor Daniel Ortega, quien ha dirigido la investigación, «los datos sugieren que tener un segundo adulto implicado en nuestra infancia tiene grandes beneficios. Los niños desarrollan más habilidades y destrezas que perduran en la vida adulta».

Fuente: telegraph.co.uk

Redacción QUO