Los cuchicheos y cotilleos en el terreno científico son todos de este estilo: «¡Qué fuerte tía, ¿sabías que el CERN podría haber descubierto una partícula desconocida con una masa seis veces mayor que el bosón de Higgs?». Así fue como se inició el rumor tras evaluar los datos recogidos en los últimos meses por el mayor acelerador de partículas del mundo, el LHC.

Aunque los científicos aún no pueden confirmar la existencia de dicha partícula, en el CERN se ha montado un gran revuelo por el hecho de que los dos grandes detectores del LHC, ATLAS y CMS, hayan observado el rastro precisamente en el mismo rango de masas que el bosón de Higgs.

Según han explicado varios científicos del CERN, podría tratarse de una nueva partícula o, sencillamente, ser un pequeño error estadístico. Pero, si sus sospechas fuesen ciertas y el rastro observado es real, esto nos llevaría a entrar en un terreno de la física totalmente desconocido que va mucho más allá del modelo estándar. Además, tendría implicaciones importantes para la comprensión de la física de partículas.

Algunos físicos han sugerido que la partícula podría ser un gravitón, una partícula teórica de energía gravitacional cuya existencia aún no se ha demostrado. Otra de las teorías que se manejan (quizá más probable) es que la partícula sea una prima del bosón de Higgs algo más «obesa».

Pero los investigadores no se han dejado llevar por la emoción. Según han advertido, los datos obtenidos están muy lejos de ser concluyentes. Según explicó Kyle Cranmer al New York Times, «no creo que nadie crea que los resultados pueden considerarse fiables. Aunque sería una gran noticia que fuese cierto».

Fuentes:

time.com | nytimes.com |

Redacción QUO