¡Lo hemos logrado! Tras una fantástica iniciativa del Planetario de Pamplona y de la Sociedad Española de Astronomía, Cervantes ya tiene su estrella. No está sola. Está acompañada de Quijote, Rocinante, Sancho y Dulcinea, nombre con que han bautizado a los cuatro planetas que la orbitan.

La propuesta española ha sido la vencedora en el concurso NameExoWorlds de la Unión Astronómica Internacional (IAU), donde se han valorado propuestas de todo el mundo para bautizar a 20 nuevos sistemas planetarios que se han ido descubriendo en los últimos años. Según explica la ESA, la idea cervantina se ha impuesto frente otras seis opciones de diversos países (Portugal, Italia, Colombia y Japón) «para renombrar el sistema planetario μ (leído ‘mu’) Arae, situado a 49,8 años luz de distancia en la constelación Ara (el altar). Desde el 12 de agosto y hasta el 31 de octubre estuvieron abiertas las votaciones a través de internet, para todo el mundo y con la única limitación de un voto por dispositivo (ordenador, teléfono, tableta…)».

Nosotros hemos querido entrevistar a Javier Armentia, astrofísico, director del Planetario de Pamplona y promotor de esta idea para saber más cosas sobre la estrella cervantina.

Pregunta: ¿A partir de qué surgió la idea de bautizar a una estrella con el nombre de Cervantes?

Respuesta: A través del Nodo Español de divulgación de la Unión Astronómica Internacional supimos que se estaba planeando dar por primera vez nombres a las estrellas y planetas descubiertos más allá del Sol. Era una oportunidad única que se abría a agrupaciones astronómicas, clubs estudiantiles, planetarios… En contacto con los astrónomos de la SEA que ya estaban colaborando con el Instituto Cervantes para hacer divulgación de la ciencia en castellano y proyectándolo como otros aspectos de la cultura a todo el mundo, surgió la idea de que fuera precisamente Cervantes el elegido para subir a los cielos. Y personajes del Quijote serían los planetas. A partir de ahí, un equipo de apoyo pensó en las posibilidades, seleccionamos qué sistema planetario, y colocamos los nombres pensando en posibles historias. Surgió porque nos parecía que Cervantes nos permitía entroncar muy bien en algo «de ciencias» al mundo «de letras». Porque era un sueño si la competición iba a ser planetaria y porque, todo hay que decirlo, tenemos algo de quijotescto…

P.: Por lo que sé hay más personajes del Quijote en el espacio ¿no?

R.: Al elegir a la estrella Cervantes (mu Ara) en el cielo austral, aprovechamos el hecho de que fuera un sistema al que se le conocen 4 planetas. De esta manera podíamos tener a Quijote y Sancho, pero también a Dulcinea y a Rocinante. Lo bueno es que si un día descubrimos más planetas allí, tendremos una buena reserva de nombres para elegir.

P.: ¿Qué valor tiene esto para la cultura científica?

R.: Muchísimo, por la proyección que supone. Pocas veces un descubrimiento de los astrónomos españoles alcanza a un público general. Pero están ahí, estamos ahí. La estrella Cervantes nos ha permitido presentar el conocimiento científico, queremos que permita a lo largo de este año cervantino reflexionar sobre cómo nuestro patrimonio cultural descansa también en el conocimiento científico. Cervantes en el cielo nos permite recordar la fascinación de conocer el Universo.

P.: ¿Ha habido mucha participación española en la iniciativa?

R.: 38.503 votos para la estrella Cervantes son muchos votos, de hecho es el sistema más votado de los que han recibido nombre. Y España ha sido el tercer país en cuanto a procedencia de los votos. De paso, la iniciativa de los estudiantes de físicas de la UCM de proponer Hypatia para el planeta en torno a Edasich también ha recibido muchos votos y ha ganado. Y por si alguien quiere sumar, podemos hablar también de los planetas en torno a Titawin (es decir, upsilon Andromedae) que recuerdan ahora los nombres de astrónomos del califato cordobés del hace mil años: al-Saffar, al-Samh y al-Majriti (que era madrileño).Todo un éxito para la cultura ibérica, la castellana y la andalusí.

Redacción QUO