El pasado mes de noviembre, la misión Rosetta logró un hito histórico al hacer que el robot Philae aterrizara en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Guerasimenko. Era la primera vez que se conseguía culminar semejante hazaña. Y, ahora, empezamos a conocer los primeros datos enviados por Philae.

Y el hallazgo más importante ha sido detectar en el cometa la presencia de dieciséis compuestos orgánicos, de los cuales cuatro (acetona, acetamida, isocianato de metilo y propanal) se desconocía que pudieran formar parte de su composición. Además, se ha detectado la presencia de polímeros radioactivos en la superficie del cometa.

Los resultados refuerzan la teoría de que los cometas se formaron a partir de granos de polvo recubiertos de hielo Pero también son esenciales para el estudio del origen de la vida sobre la Tierra, porque podría ayudar a entender si es posible que hace 3.800 millones de años el gran bombardeo de cometas que sufrió el planeta supuso la llegada de los precursores de la vida.

Sabemos gracias al robot que la temperatura en la superficie del cometa varía entre los 90 y los 30 grados kelvin, que equivale a una media de unos -180 grados celsius. Su superficie es muy homogénea y, enviando señales electromagnéticas a través del núcleo, los científicos han podido saber que su ratio de polvo/hielo oscila entre el0.4 y el 2.6, y que tiene una porosidad de un 75%. Además, se ha detectado la presencia de polímeros radioactivos en la superficie del cometa.

Redacción QUO