Puede parecer una de esas preguntas absurdas, pero la comunidad científica todavía no lo tiene cien por cien claro El investigador Donald R. Forsdyke se planteó la pregunta que nos hemos hecho en el titular, a raíz de estudiar casos de pacientes afectados con hidrocefalia. El neurólogo vió que, en algunos casos, pese a que el cerebro había adquirido un volumen anormal y que parte de su tejido estaba destruído y había sido sustituído por líquido, los sujetos no veían mermadas las facultades funcionales de dicho órgano y no evidenciaban síntomas de degeneración cognitiva que resultaran especialmente alarmantes.

Forsdyke argumenta que si un cerebro post-hidrocéfalo puede almacenar la misma cantidad de información que uno normal, eso es un síntoma de que el tamaño no es una cuestión tan influyente. ¿Entonces qué es lo realmente importante? La ciencia aún no lo sabe, pero tiene una posible pista. Dichos pacientes de hidrocefalia conservaban intacta la llamada materia gris de sus cerebros, mientras que la que se había destruído era la llamada materia blanca, que es la que conecta las diversas regiones del cerebro.Pese a ello, los sujetos aún conservaban una mínima cantidad, lo que ha hecho que algunos investigadores empiecen a plantearse que la mayor parte de esa materia blanca tal vez cumpla una función redundante, y que solo haga falta una pequeña porción para mantener el cerebro funcionando de forma eficaz.

Redacción QUO