Terraformar Marte es un sueño que el ser humano acaricia desde hace décadas. Pero, hacer que su atmósfera se vuelva respirable, y que el suelo sea fertil y apto para el cultivo y para acoger la vida humana, no parece una tarea sencilla. Pero, ahora, el DARPA, el laboratorio que estudia y desarrolla proyectos tencológicos para el ejército de Estados Unidos, acaba de situar ese sueño aparentemente inalcanzable entre los objetivos propuestos para el futuro. Aunque a un plazo tan largo, que se sigue quedando en la categoría de quimera. Y explicamos por qué.

El pasado lunes, Alicia Jackson, directora del Departamento de Tecnologías Biológicas del DARPA, presentó un nuevo proyecto de software llamado DTA GView que aspira a ser el Googlemap de todos los genomas existentes. El sistema funciona detallando cuales son todos los genes conocidos de un determinado organismo y en que lugar exacto de dicho genoma se encuentran. El objetivo esfacilitar que dichos genes puedan ser modificados mediante ingería genética. «Mediante ese sistema se podrán buscar aquellos genes concretos que regulen unas facultades determinadas, con el objetivo de implantarlos en un organismo distinto para crear algo totalmente diferente», explicó Alicia Jackson.

La utilidad de este proyecto de ingeniería genética residiría en la capacidad de modificar determinados organismos que nos ayuden a reparar el medioambente en el caso de una hipotética catástrofe global. «El primer objetivo sería usar esta tecnología con microorganismos», señaló Jackson. «De esta manera daríamos por primera vez unpaso en la dirección de conseguir, por ejemplo, bacterias más resistentes capaces de crear oxígeno en grandes cantidades, lo que nos podría ayudar a regenerar el medioambiente tras una catástrofe global».

Y, puestos a soñar, ¿por qué no ir un poco más lejos? Por ejemplo, al espacio. «Si el proyecto sale bien podría ser el primer paso de algo más ambicioso, la llave para hacer que otros planetas puedan llegar a ser habitables», concluyó. Pero, lo dicho… De momento solo es un cúmulo de buenas intenciones, y el sueño de hacer que el Planeta Rojo sea nuestra futura casa sigue siendo lo que ya dijimos, una quimera.

Redacción QUO