La imagen parece del Valle de la Muerte o de algún paisaje desértico en nuestro planeta. Pero no, se trata de una fotografía tomada por la misión internacional Cassini de Titán, el satélite natural más grande de Saturno y lo que se ve son los lagos de metano que abundan en la superficie de esta luna. El contenido de estos cuerpos lacustres estaba bastante claro: debido al clima saturnino, unos -180ºC, llueve metano líquido, pero los científicos buscaban comprender cómo se formaban estas depresiones. Gracias a las imágenes y a comparaciones geológicas descubrieron que los lagos de Titán son una reminiscencia de las formaciones terrestres kársticas de nuestro planeta. Estos paisajes se producen por la erosión de rocas solubles, como piedra caliza o yeso, por agua subterránea o precipitaciones. Con el tiempo, esto genera las conocidas dolinas y cuevas en climas húmedos o salinas en los más áridos.
La tasa de erosión depende de factores tales como la química de las rocas, la tasa de precipitaciones y la temperatura de la superficie. Mientras que todos estos aspectos se diferencian claramente entre Titán y la Tierra, el proceso subyacente puede ser sorprendentemente similar.
En otras palabras: los hidrocarburos líquidos que forman los lagos están disolviendo la superficie de Titán, a un ritmo de alrededor de casi 100 metros cada 50 millones de años. Pero tranquilo, harán falta más de 1.200 billones de años para que la luna desaparezca por este tipo de acción.

Juan Scaliter