e sabe de la existencia de unas dos docenas de estrellas fugitivas, e incluso de un grupo de estrellas que huyó de su galaxia para siempre. Ahora, los astrónomos han descubierto 11 galaxias fugitivos. Ahora se conocen galaxias que han sido “desterradas” y condenadas a vagar por el vacío del espacio intergaláctico.
«Estas galaxias se enfrentan a un futuro solitario, exiliado de los cúmulos de galaxias en los que solían vivir», asegura el astrónomo Igor Chilingarian (Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian / Universidad Estatal de Moscú).
Un objeto es un fugitivo si se mueve más rápido que la velocidad de escape (la velocidad mínima de un cuerpo para que escape de la atracción gravitatoria de otro). En el caso de una estrella la velocidad es de más de un millón y medio de km/h. Pero para una galaxia, es mucho mayor: unos 9 millones de km/h.
Las fugitivas se descubrieron al analizar una clase de galaxia conocida como elípticas compactas, de las cuales solo se conocían unas 30. Son más grandes que los cúmulos de estrellas, pero más pequeñas que una galaxia típica. Mientras la Vía Láctea tiene unos 100.000 años luz de diámetro, las elípticas compactas abarcan sólo unos pocos cientos de años luz. Y, por si fuera poco, también pesan 1.000 veces menos que una galaxia como la nuestra.
La búsqueda del equipo de Chilingarian, identificó casi 200 elípticas compactas hasta ahora desconocidas. Y muchas de ellas se movían a altísimas velocidades. Los expertos se preguntaron cómo podían explicar esto. “La respuesta es un clásico de la interacción de los tres cuerpos – declara Chilingarian –. Una estrella hiperveloz se puede crear si un sistema binario de estrellas se pasea cerca del agujero negro en el centro de una galaxia. Una estrella es capturada mientras la otra es “expulsada” a una velocidad tremenda. Algo similar ocurre con las galaxias fugitivas”. Casi como un tirachinas.
El trabajo fue publicado en la revista Science.

Juan Scaliter