Todo comenzó en 2001, cuando un estudiante de Geología encontró un hueso supuestamente humano semienterrado en el Parque Nacional de los Arcos (Utah, EEUU). Por suerte, informó de su hallazgo al paleontólogo James Kirkland, quien verificó que no había tal resto humano en el lugar, pero sí una mandíbula perteneciente a un voluminoso depredador cretácico, el Utahraptor, con cierta similitud a los Velociraptor de la película Parque Jurásico.

Cuando Kirkland se propuso buscar el esqueleto que rodeó en tiempos a esa mandíbula, empezó a toparse con un sinfín de huesos fósiles, y enseguida comprendió que correspondían a varios ejemplares de Utahraptor de muy diversas edades y extrañamente “enredados” unos con otros. Pero además, entre ellos su equipo desenterró el pico de otra especie, un iguanodontio. Este intruso añadía una naturaleza nueva al misterioso hacinamiento de dinosaurios. Los investigadores sospecharon que probablemente se trataba de una presa que los Utahraptor habrían intentado cazar.

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Ese lugar quizá estuviera presidido por arenas movedizas allá en el Cretácico, y tanto el perseguido como los perseguidores debieron de quedar atrapados en ellas para siempre. Para aclarar esta y otras cuestiones, Kirkland y su equipo han extraído un inmenso bloque de roca con los fósiles dentro, ya que el amasijo de los restos no permitía una excavación normal sin estropearlos. Saben que en su interior hay restos de “al menos seis Utahraptor, pero podrían ser docenas”, según nos cuenta Kirkland.

A lo largo de una investigación que previsiblemente “durará varios años, esperamos averiguar a qué ritmo maduraba esta especie”, cómo eran sus plumas y si acudieron individualmente a la ciénaga y encontraron la muerte en momentos distintos o lo hicieron todos juntos. Esto último indicaría que acostumbraban a cazar en grupo (como mostró Spielberg que pudieron hacer los Velociraptor).

DATOS:

  • 125 millones de años llevaban ocultos bajo la tierra
  • 9 años han trabajado los paleontólogos para poder sacar el bloque
  • 8.200 kilos pesa el bloque con fósiles que han extraído

Pilar Gil Villar