Puede que no siempre sea obvio que alguien está flirteando con nosotros. Pero si analizamos su lenguaje verbal y corporal no solo es posible, también es posible decir qué estilo de flirteo tiene. Así lo afirma un estudio realizado por Jeffrey Hall, profesor de Estudios de la Comunicación de la Universidad de Kansas y será publicado en el número de marzo del Journal of Nonverbal Behavior. Hall entrevistó a 51 parejas de desconocidos y analizó sus actitudes al intentar ligar para descubrir que existen cinco estilos diferentes de ligoteo: el físico, el tradicional, el sincero, el educado y el juguetón.
Cada diálogo entre las parejas (que no se conocían previamente) duró entre 10 y 12 minutos. En total Hall identificó unos 36 conductas seductoras verbales (hacer cumplidos, preguntar cosas personales, revelar información propia, etc.) y otras tantas no verbales (cruzarse de piernas, palmear, acercarse al otro, jugar con objetos…). Gracias a estos análisis y a un cuestionario individual, el equipo de investigadores determinó las características de cada estilo de seducción.
Los sinceros: son más atentos, miran fijo y dan información personal.Las mujeres sinceras, al flirtear, ríen más y miran de reojo con más frecuencia.
Los tradicionales (aquellos que piensan que es el hombre el que debe tomar la iniciativa), se inclinaban hacia su interlocutor y mostraban una postura corporal más abierta y distendida. Las mujeres tradicionales mostraban sus manos con las palmas hacia arriba y bromeaban.
Los educados eran los más complejos: rara vez mostraban algún tipo de señal abierta: se inclinaban hacia atrás, alejándose de su interlocutor, crean más distancia entre ambos y son muy uniformes en el tono de voz. “Puede parecer una falta de interés – señala Hall – pero los educados flirtean cada vez más, a medida que se sienten cómodos”.
Los físicos, extrañamente, fueron los que menos demostraron su estilo. Rozar, acariciar o tocar son comportamiento que no son habituales en una primera cita privada, donde ambos estén solos. Eso les hacía sentir fuera de su zona de confort y tardaban mucho tiempo en expresar sus deseos.
El juguetón, obviamente, se divertía más a menudo con la situación y la utilizaba a su favor para romper el hielo con bromas del estilo “¿Analizan tu comportamiento a menudo?” o “¿Sueles tener citas en laboratorios?”
Para Hall, la conclusión del estudio es que “Somos muy buenos determinando cuando alguien no está flirteando con nosotros. Pero a menudo fallamos en notar interés por la cantidad de modos que existen para expresar seducción”.

Redacción QUO