Conocer el nivel de intensidad de la actividad solar es esencial para evaluar su posible incidencia en el llamado cambio climático. Los científicos llevan desde 1610 estudiando las manchas solares ya que, cuanto mayores son estas, significa que nuestro sol brilla más. Eso, les ha permitido además descubrir que la actividad solar se vuelve más intensa cada once años.

Los picos más intensos de luminosidad en el Sol se produjeron en el siglo XX. Pero, ahora, un equipo de la Universidad de Extremadura ha revisado los datos del pasado y ha descubierto que la actividad solar en algunos momentos del siglo XVIII fue casi idéntica a la actual, tal y como explican en un estudio cuyos resultados se han publicado en la revista Space Science Reviews.

Por el contrario, el nivel mínimo conocido de actividad solar se produjo en el período comprendido entre los años 1645 y 1715.

Redacción QUO