El ADN es más duro de lo que parece. Científicos de la Universidad de Zurich acaban de descubrir que es capaz de sobrevivir en el espacio, algo que hasta la fecha parecía imposible. «Estamos atónitos, pero la realidad se impone de forma tozuda», afirmó la bióloga Cora Thiel, miembro del equipo que realizó el descubrimiento.

El experimento, bautizado con el nombre de DARE, consistió en fijar una serie de probetas con moléculas de ADN a la capa exterior de la sección de carga de un cohete. La gran sosrpresa vino cuando el ingenio espacial regresó a la Tierra y los investigadores comprobaron que las moléculas serguían intactas en el mismo lugar donde fueron colocadas. No solo habían sobrevivido al espacio sinó incluso a la maniobra de reentrada en la atmósfera terrestre, un instante en el que debido a la fricción de la nave, tuvieron que soportar temperaturas muy elevadas.

«Nuestros resultados», explican los investigadores, «demuestran que no resulta improbable pensar que, a pesar de todas las precauciones y medidas de seguridad, nuestras naves espaciales estén transportando ADN terrestre hasta sus lugares de aterrizaje. Debemos tener esto en cuenta para no equivocarnos en nuestra búsqueda de vida extraterrestre».

Pues eso, que tengan cuidado. A ver si al final el día que por fin nos encontremos con un supuesto alien va a resultar que realmente era de aquí.

Redacción QUO