Esa escurridiza partícula que tantos quebraderos de cabeza está dando a nuestros queridos físicos teóricos, el bosón de Higgs, puede tener sus ‘razones estratégicas’ para querer mantenerse oculta, según Stephen Hawking: podría estar ‘planeando’ destruir nuestro Universo.

Ante esa afirmación es probable que te preguntes si el célebre físico teórico se ha puesto el The end is nigh (el fin está cerca) por montera y ha perdido el horizonte. Y razones no te faltarían para llegar a esa conclusión. En sus últimas intervenciones ha advertido de la probabilidad de que los extraterrestres tengan intención de destruirnos estilo Mars Attack o que la inteligencia artificial se nos rebele en un futuro y aniquile a la raza humana.

En esta ocasión, con motivo de la presentación de Starmus, un libro realizado a partir de conferencias de científicos y astrónomos de reconocido prestigio, Hawking ha mostrado su preocupación con respecto a esta partícula elemental: «podría volverse inestable y provocar un decaimiento catastrófico de vacío«. ¿Qué significa esto? ¿Tiene razones el profesor británico para preocuparse? Mejor dicho, ¿tenemos todos razones para estar preocupados? Para saberlo hemos hablado con el físico Enrique F. Borja, profesor de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevilla y autor del blog de divulgación Cuentos Cuánticos.

¿Es el bosón de Higgs el nuevo supervillano del Universo?

Llegados a este punto teníamos dos opciones: pensar que Hawking se ha vuelto demasiado catastrofista o analizar si tiene sus razones para ‘dar bola’ a esta teoría. Como buenas mentes inquietas nos decantamos por la segunda. «Es algo que ahora mismo todo el mundo está estudiando» afirma el profesor F. Borja, «Hawking hace referencia a los estudios sobre la estabilidad del vacío del modelo estándar

«Podría borrar todo el universo tal y como lo conocemos» Enrique F. Borja, físico.

La estabilidad del vacío depende de una cosa básica en física: que el sistema físico tenga un mínimo de energía. Habréis leído en muchas noticias que el bosón tiene una masa de 125 GeV, pero eso es sólo un dato técnico. El valor depende del mínimo de energía del campo, por lo que si el campo pasa de un valor de la energía hasta uno menor, la masa del bosón cambia y, en consecuencia, cambia también la masa de todas las partículas que adquieren masa por el Higgs. «Esto haría inviable la vida tal y como la conocemos y sus consecuencias serían catastróficas.» explica F. Borja. Es decir, la partícula podría convertirse en cualquier momento en una supervillana haciendo gala de su carácter impredecible y ponernos el vacío ‘patas arriba’.

Estado civil del Higgs: Metaestable

Podrías pensar que el vacío del modelo estándar es un lugar tranquilo donde no pasa absolutamente nada. Pero lo cierto es que no sólo está hasta la bandera, sino que tiene una actividad frenética. Esta actividad del vacío hace que las partículas materiales como quarks, electrones, neutrinos, bosones mensajeros, muones, gluones… acepten que el vacío determine su masa y las interacciones que tendrán con otras partículas.

Si de repente un supervillano enmascarado que dice llamarse campo de Higgs entra en el ‘garito’ y encuentra que la energía está a su gusto, todo ira bien. Pero ojo, su estado es metaestable, lo que significa que en cualquier momento se puede producir una transición del estado actual a un mínimo menor de energía y provocar caos y destrucción a su paso. «Esto tendría varias posibles consecuencias» explica F. Borja, «entre las más livianas y aún así dramáticas para nuestra existencia, al cambiar el estado del Higgs cambiaría la masa de su bosón asociado y la masa que le da a las partículas, cosa que cambiaría toda la química y las reacciones nucleares. Esto haría, por ejemplo, que la vida de las estrellas cambiara de forma brutal o que la posibilidad de mantener un metabolismo en un ser vivo se viera seriamente comprometido».

Pero no se vayan todavía, que aún hay más: «otra opción aún más grave sería la de que se formara una burbuja del nuevo estado de mínima energía que se expandiría de forma exponencial y borraría todo el universo tal y como lo conocemos

Al grano, ¿tenemos que preocuparnos?

Como decía Rivarol, «la preocupación es un juicio que espera las pruebas». Según parece, que ese supervillano enmascarado aparezca, no se encuentre cómodo con la energía y provoque esta situación que hemos descrito… es posible. Existe un consuelo, pues «estas conclusiones se basan en la física que hemos desarrollado hasta la fecha, pero que podrían cambiar si descubrimos nueva física como la existencia de supersimetría o de dimensiones extra

No obstante, si este proceso se da no busques dónde refugiarte. «No podríamos pararlo de ningún modo» explica para QUO F. Borja. «Tampoco importaría porque nos llegaría de forma inesperada y todo pasaría rápidamente. Sería una forma bastante espectacular de dejar la existencia.»

En cuanto a las probabilidades de que esto pase, son pequeñas pero no nulas. «Eso deja abierta la probabilidad de que ocurra en cualquier momento, pero yo no me preocuparía por ahora».

Redacción QUO