La nueva edición de la revista Nature publica el increíble experimento del equipo de Floyd E. Romesberg, del Scripps Research Institute de La Jolla (California). En él, los investigadores dan un paso totalmente revolucionario en la creación de vida artificial: han logrado crear un tipo de información genética inventada o artificial (o sea, que no recrea otra que exista en la naturaleza) e insertarla en una bacteria que, no solo funciona correctamente, sino que transmite esa información de modo más o menos normal.

Romesberg lo contaba ayer de modo bastante inteligible: «La vida en la Tierra, en toda su diversidad, se codifica con solo dos pares de bases de ADN (A-T y C-G), pero lo que nosotros hemos creado es un organismo que contiene esos dos, más otro par que no es natural». Ese par se ha bautizado como d5SICSTP-dNaMPT.

El hallazgo abre otra posibilidad a la creación de vida artificial en tanto que queda claro que un organismo con «añadidos» genéticos puede realizar sus funciones vitales perfectamente, incluso cuando tienen «órdenes» genéticas no naturales; es decir, pueden codificar nuevas proteínas y por lo tanto dar lugar a seres con características inéditas.

Por eso, los científicos que han llevado a cabo el experimento hablaban ayer de «muchas posibles y aplicaciones interesantes para nuevas medicinas y para nuevos tipos de nanotecnología».

Redacción QUO