Su lenguaje ya estaba bastante evolucionado, y tenía comportamientos “extravagantes”, como pintarse el cuerpo y enterrar a sus muertos, aunque algunos investigadores creen que lo hacían por imitar a sus “vecinos”, los sapiens. Quizá sea cierto, pero eso no impide que ad­miremos a estos seres que fabricaron instrumentos musicales y sofisticados trajes de piel para protegerse del frío de la glaciación. Habilidades portentosas que no lograron evitar su final, ya que se extinguieron hace unos 30.000 años.

Redacción QUO