Se trata de un nanosatélite, un vehículo espacial en miniatura, conocido como STRaND-1. Mide tan solo 11,8 pulgadas de alto y pesa poco más de cuatro kilos, pero hay algo más allá de su tamaño que lo hace diferente del resto: en su interior reside un Nexus One, el teléfono inteligente de Google.

¿Y por qué han enviado un satélite con un móvil al espacio? Porque, en realidad, los smartphones vienen de serie con una gran parte de las especificaciones técnicas que incluye un satélite convencional: camaras, comunicación por radio, acelerómetros, un procesador potente… Solo le faltan los propulsores y los paneles solares. Eso sin contar con las ‘apps’.

Para la primera misión de este satélite se han desarrollado un buen puñado de aplicaciones experimentales que permitirán recoger y analizar datos, además de controlar el propio satélite.Y por si todo esto fuera poco, el STRaND-1 también es el primer objeto que se envía al espacio con piezas fabricadas en una impresora 3D.

Publicado en #Quonectados nº 211.

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Redacción QUO