Lo que ocurre es sencillo de entender si mantenemos en la cabeza que la gravedad siempre atrae los cuerpos hacia el centro de la Tierra y que su valor en este punto es nulo. Así, durante la caída inicial, la gravedad tiraría del proyectil acelerándolo hasta llegar al centro del planeta, donde alcanzaría su velocidad máxima.

A partir de ahí, como deja el centro detrás, la gravedad apuntaría en dirección opuesta a su movimiento, por lo actúa frenándolo hasta que alcanza velocidad cero en el polo opuesto al que lo lanzamos. Si nadie recoge el proyectil, vuelta a empezar. Cae de nuevo acelerándose durante la mitad de su viaje y se frena en la otra mitad, manteniendo, si no hay aire en el interior del túnel, un movimiento oscilatorio perpetuo entre los dos polos.

Contestada por Mario Herrero Valea, Físico.

Consulta realizada en Twitter por @Isa_S_L

Publicado para #Quonectados nº 210.

Redacción QUO