Junto a los desafíos técnicos que plantea una misión a Marte, dormir bien podría convertirse en un gran quebradero de cabeza de los “martonautas”. Así se desprende de las primeras valoraciones del experimento Mars500, que mantuvo a seis hombres de la Agencia Espacial Europea encerrados año y medio en un búnquer de Moscú, para simular un viaje al Planeta Rojo.

La falta de referencias día/noche les desvelaba y mermaba su atención, al menos en la fase de adaptación. Además, la monitorización constante de los participantes ha revelado que nuestros riñones procesan mejor la sal unos días que otros, lo que pude contribuir a elaborar dietas más saludables.

Pilar Gil Villar