La cuestión es que la mayoría de ciudades con rascacielos están situadas en lugares donde no suelen darse las condiciones para que se formen los tornados. «Pero a veces sí que afectan a las ciudades«, dice Gary Conte, un meteorólogo y coordinador de avisos de Upton, Nueva York, una base del Servicio Nacional de Metereología, que menciona recientes casos en Dallas, Memphis, Miami y Nueva York. La topografía y los rascacielos no importan.

«Los tornados se forman a miles de metros sobre los edificios», afirma Conte. «Los rascacielos no evitarían que se crearan, pero puede que influenciaran en su forma y que no fueran tan nítidos como en zonas llanas como en las planicies. Aunque eso no significa que un tornado sea menos tornado.

Redacción QUO